SOCIEDAD AGNI YOGA HISPANA, INC, P.O. BOX 9447, CAGUAS, Puerto Rico. Tel: 00726, (787) 746-1507, Fax: (787) 746-1507,
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Sociedad Agni Yoga Hispana[/center]
Fue fundada en San Juan, Puerto Rico, en el año 1986, con el propósito de traducir los libros del Agni Yoga al español y diseminarlos por todo el mundo hispano parlante.
La Sociedad está autorizada por la Sociedad Agni Yoga en Nueva York como la traductora oficial al español. La Sociedad no cuenta con miembros sino que está compuesta de todos aquellos estudiantes de las enseñanzas del Agni Yoga o la enseñanza de la Ética Viviente.
La Sociedad está afiliada a la sede mundial de la Sociedad Agni Yoga, localizada en Nueva York
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El Agni Yoga[/center]
El Agni Yoga es una antiquísima disciplina que se ha conocido a lo largo del tiempo como El Yoga del Fuego y del Corazón, La Enseñanza de Síntesis o La Enseñanza de la Ética Viviente para la Nueva Era.
La enseñanza fue celosamente guardada en el Asia Central y las regiones Trans-Himaláyicas. Fue reorganizada y expuesta modernamente para la preparación y transformación de La Nueva Era por Helena y Nicolás Roerich y hecha pública en marzo de 1924, en la ciudad de Nueva York.
El Agni Yoga trata sobre la transmutación ardiente de todos los centros energéticos o chakras a través de la influencia de un Maestro, evitando el uso de medios mecánicos para su desarrollo.
El Agni Yoga establece que el desarrollo espiritual se logra a través de nuestro trabajo en la vida diaria, aprovechando todas las oportunidades de aprendizaje que se nos presentan en nuestro pasar por la vida, camino hacia el Infinito.
La Enseñanza representa al mundo como rico, gozoso y atractivo y le provee alas a la humanidad para abrir el sendero hacia el Infinito.
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La Enseñanza: Su estudio y aplicación[/center]
Cada libro de la Enseñanza es portador de una tarea interna y nos corresponde a nosotros desarrollarla mediante la acción y aplicación en nuestro diario vivir. La Enseñanza y la comprensión es individualizada y cada cual estudia a su propio ritmo.
La total asimilación de la Enseñanza tan sólo es posible para el espíritu que se ha preparado por siglos. La Enseñanza de la Ética Viviente recomienda no incitar ni apremiar. El Océano de la Sabiduría es dado a la humanidad, y la Enseñanza al igual que el sol, esparce sus rayos por todas partes: sobre el sabio y el necio, sobre el bueno y el malvado. Cada cual puede absorber y comprender lo que le sea accesible, y esto, hasta los límites de su crecimiento.
Es imposible acercarse a la Fortaleza de Luz y adquirir el verdadero conocimiento antes de haber purificado nuestra mente y corazón con la renuncia total de uno hacia sí mismo, esto va dirigido a los fuertes de espíritu. La simple lectura de los libros de la Enseñanza será de gran provecho para aquellos cuyo espíritu es más débil si durante la lectura experimentan en su corazón un sentimiento de calor, o una vibración acrecentada, los cuales, si se repiten, afirman, refuerzan y purifican sus auras considerablemente.
Nuestra Enseñanza no es nunca una imposición y no impide a nadie de ir y venir libremente. Es dada generosamente y no inflige prohibición alguna. Tiene, desde luego, advertencias pero ninguna amenaza, y cada cual es libre de actuar a su manera. Es dada a todos, hay que tomar de ella lo que se pueda asimilar.
El Agni Yoga no es lectura meditación, sino acción. Durante la lectura de la Enseñanza nos podemos absorber de tal manera en la dulce labor de la exaltación, que podría suceder, que de manera imperceptible, perdiésemos el control de los sentidos y que de esta manera estaríamos en la incapacidad de trabajar.
En consecuencia, todas las Enseñanzas mencionan la necesidad de equilibrio y una completa disciplina de las emociones. Hay tiempos en los que deseamos entretenernos en las exaltaciones del espíritu y conocer los misterios de la cosmogonía. Entonces debemos recordar los graves tiempos actuales: “De nuevo has olvidado el combate celestial. Nadie va a la escuela mientras los enemigos se lanzan al ataque”. Así pues hay que descender de la exaltación y regresar a la tierra y sus actividades. Hay que aprender a hacer con alegría el más ingrato trabajo rutinario y consagrar verdaderamente cada tarea en el altar del servicio y del amor.
Reconocerán a los que practican la Enseñanza mediante su ejemplo y aplicación en la vida cotidiana; viven para el porvenir y trabajan en la realización del Infinito, y saben que el esfuerzo rítmico y continuado dará resultado. Se dan cuenta que su deseo de hacer el bien y sus esfuerzos consagrados a cada tarea, son la base de todas las realizaciones.